Plagio

Navegando
navegando,
hallé una de mis líneas,
escondida,
publicada
sin el mínimo de pena,
sin medida,
a sabiendas
que la pluma era ajena
e incesante,
ni siquiera,
mencionaste que era mía
su semblante.

No te aflijas
desalmado hermano mío,
si te robas
cualquier línea de consuelo,
porque se que
tú buscaste con anhelo,
esas trovas
que llenaban el vacío,
en mis botijas.

Podrás copiar
mi rima o mi dialecto,
o mi estilo,
o mi acento...
pero contéstame una cosa:
¿cómo copias el momento,
los brindis envejecidos,
las emociones,
las caricias,
el toque de mis manos,
mis abrazos
o mis besos?

Cuánto me places amigo
ingrato desconocido,
porque algunas de mis pasiones,
repentinas,
suenan en cuatro canciones
clandestinas,
o en distintas composiciones
de algún poema conocido,
que deleita mi castigo.

Yo me divierto montones
escribiendo,
rubricando,
pero pobre de quien se ahoga
en el mar de los hampones,
y si, apostando,
a don Plagio
anda vendiendo,
me duele el desuso de sus dones
para crear sus propiedades,
enajenadas
creaciones...

No hay comentarios: