Líneas

Les invito a descifrar enredos
pues a veces ni siquiera puedo entender,
tanta letra licuada con tarugos de vida.

A veces me escribo
y me aplancho sobre los papeles.
Me quedo impregnado.

A veces me detengo a leerme
y se me olvidan los meses.
La «cuasi(H)istoria» mía.

A veces simplemente,
me arrugo de pies a cabeza
y me tiro en alguna inútil canasta.

¡Necesito empezar de nuevo!

Estos renglones me han sacado la tinta,
pálidas hemoglobinas,
anti gélidos sudores,

y unas gotas de agua salina
a quienes tuve que rogarles un rato
y exhortarlas respetuosamente,

con sus pomposos nombres de meibum y oleamida,
para que se asomaran por las ventanas
que miraban un extraviado momento.

Por ello hoy recorremos vírgulas...

Las seguimos por buen rato en código morse,
como los trenes de antaño que se iban por los rieles
y se extraviaron entre los paisajes.

Si te pierdes entre tanto vocablo, nada más cierra la página.
No detengas demasiado tiempo la deducción.
A veces, ni yo mismo lo infiero.

Me complace que llegues tan lejos.
Que hayas aceptado la invitación inicial
y te hayas paseado por tanto borrón y cuenta nueva.

Entre tanto safari que ofrece la vida
de selvas y piedras, de montañas y piernas.
Aquí me quedo:

entre líneas...

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