Como no soy bueno en los discursos
y una vez fui el novio y otra el padrino
mejor pienso lo que escribo
y escribo lo que siento
(así no se me olvida!)
De suerte que los poemas
no son como los discursos
no prometen falsas esperanzas
ni piden nada a cambio
solamente son más cortos
y quizás menos aburridos...
Yo quería renunciar...
a la gente, a la vida,
a mis sueños.
Que ideas tan ingratas
[por no decir mordidas de león],
que no me dejaban desenredarme las neuronas
ni ver esas dos esmeraldas
entre los granos de arena.
Y estos sentimientos
que se vestían de ropa empolillada
terminaron rasgados por la mitad,
porque conocí el amor que siempre anda revoloteando
sobre fuentes de juventud eterna;
es un niño travieso que quiere seguir jugando
en un jardín de esperanzas infinitas.
Hoy me levanté
dándole la cara a un sol más brillante,
escuché más alegría en las misma tonadas
[de las mismas aves]
y disfruté más estos perfumes coloridos.
[Gracias amor]
Hoy, muy de mañana,
me encontré en el espejo dos chispas que me buscaban
una sonrisa menos plana y una lágrima más profunda.
[Gracias a todos]
Hoy veo tantas caras hermosas
que en cada una de ellas
me siento capaz de leer un nuevo poema.
Yo quería renunciar...
¿pero cómo iba a hacerlo?
si Tú ya me habías adelantado la paga
hasta el fin de mi tiempo.
Ahora soy yo
quien carga con esta pesada deuda,
paquete liviano
cargado de toneladas de besos
y canciones meditadas...
[Gracias Dios]
que por tu Gracia y en tu infinita Misericordia
nunca nos negaste esta nueva oportunidad
de ser felices...
[dedicado a mi hermanita Juliana]
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